Toda la historia de los videojuegos, desde sus orígenes hasta el final de la séptima generación, en 2013.

Surgidos de la experimentación en ingeniería, los primeros títulos como Tennis for Two, Space War! y Pong ayudaron a establecer las raíces de la industria.

Los primeros clásicos de los salones recreativos se basaron en ellos, y títulos como Breakout, Space Invaders, Asteroids y Pac-Man irrumpieron en el mercado y siguen siendo legendarios hoy en día.

Los primeros títulos para PC, como Maze War, Zork y Rogue, ayudaron a definir nuevos géneros: y aunque la versión para Atari 2600 de E.T. El Extraterrestre resultó decepcionante, los programadores aficionados continuaron con aplomo, dando lugar a títulos como Elite, Exile y Tetris.

La crisis de los videojuegos de 1983 frenó el mercado doméstico, pero los salones recreativos se mantuvieron fuertes: Donkey Kong, Dig-Dug, Pole-Position, Q*Bert y Mario Bros. chupaban con éxito las monedas de los bolsillos.

A mediados de la década de 1980 se produjo el auge de las consolas domésticas de Nintendo, que comenzó con Super Mario Brothers y continuó con juegos como The Legend of Zelda, Castlevania, Metroid, Mega-Man, Metal Gear y Final Fantasy.

Dragon’s Lair utilizó la tecnología laserdisc para dotar a las recreativas de unos gráficos sin igual, pero una nueva oleada de máquinas de 16 bits cautivaría a los usuarios domésticos con juegos como Dungeon Master, Sim City, Shadow of The Beast y The Secret of Monkey Island.

En la década de 1990, las máquinas de 16 bits alcanzaron su máximo esplendor, con sprites coloridos a una escala nunca vista: Sonic The Hedgehog, Street Fighter 2 y Lemmings.

Los juegos de estrategia funcionaron bien en esta época, con la primera entrega de Sid Meier’s Civilization y el XCOM de tácticas alienígenas por turnos de UFO: Enemy Unknown.

Dune 2 supuso el nacimiento del género de los RTS, y Wolfenstein 3D hizo algo parecido con los shooters en primera persona, y marca el camino de id hacia la definición del género a través de Doom y Quake.

Myst fue un poco más sosegado, Tekken fue un rival en 3D de Street Fighter, Marathon un rival de Doom para Macintosh y Star Fox invitó a rodar barriles en abundancia.

A finales de los 90, Nintendo se hizo fuerte con exclusivas como Super Mario 64, Chrono Trigger, Pokemon, Goldeneye y The Legend of Zelda: Ocarina of Time.

Sony respondió con la PlayStation y una nueva era de títulos como Wipeout, Resident Evil, Gran Turismo y Grand Theft Auto.

Valve sacudió la escena del PC con Half Life en 1998, y Blizzard hizo algo parecido con Starcraft para el género RTS.

El nuevo milenio fue una buena época para los jugadores de PC, con una oleada de juegos FPS legendarios como Unreal Tournament, Quake 3 Arena y
Counter-Strike, además de otras exclusivas como Grim Fandango, Diablo 2, Deus Ex, Los Sims y Tom Clancy’s Splinter Cell.

La nueva oleada de consolas trajo consigo nuevas exclusivas: Halo, el título de lanzamiento de Bungie para Xbox, los muy queridos Metroid Prime y Kingdom Hearts, y, durante un breve periodo, Grand Theft Auto 3.

Infinity Ward se embarcó en una franquicia de notable éxito con Call of Duty, Blizzard popularizó por sí sola los MMORPG con World of Warcraft y Harmonix introdujo una repentina necesidad de periféricos de plástico para guitarra con Guitar Hero.

A la PS2 le quedaban un par de buenos juegos, con el aclamado Resident Evil 4 y el artístico Shadow of the Colossus.

2006 fue testigo de una nueva generación de consolas y de una nueva oleada de shooters: Gears of War, Call of Duty 4: Modern Warfare, Halo 3, Bioshock, Grand Theft Auto 4 y Fallout 3.

Sin embargo, no todo fue sangre y vísceras, con títulos más familiares como Wii Sports, The Orange Box / Portal y LittleBigPlanet.

Los juegos hardcore también se acercaron a la corriente dominante, con títulos como Bayonetta y Dark Souls, que demostraron ser populares sin complacer a todos los públicos.

El auge de los juegos indie fue quizá inesperado, pero supuso un bienvenido alivio a la monotonía del mainstream: joyas como Journey, Fez y Minecraft son quizá los ejemplos más notables.

Despedimos la Gen 7 con impresionantes títulos de mundo abierto como Red Dead Redemption y The Elder Scrolls V: Skyrim, y con los escenarios impresionantemente detallados de juegos como Bioshock Infinite y The Last of Us.

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