Con el acceso a un flujo interminable de información y contenidos en Internet, a veces crees que lo has visto todo. Pero, por suerte, de vez en cuando aparece algo que te demuestra que estás equivocado, y eso me ha pasado hoy cuando he descubierto que hay un científico que ha enseñado a sus ratas a jugar al Doom II. Esto es tan ridículo que tiene que ser parte de algún proyecto importante para el bien de la humanidad, ¿no? Oh, ¿qué es eso? El ingeniero de software y neurocientífico húngaro Viktor Tóth se aburrió un día y decidió enseñar a sus pequeños amigos peludos a jugar a los videojuegos.

De acuerdo, resulta que en realidad sólo tenía curiosidad por saber más sobre las interfaces cerebro-ordenador y pensó que ésta podría ser una buena manera de probarlas. Pero aun así, es muy divertido que haya decidido hacerlo así. Su montaje incluye una gran bola hecha de un material llamado poliestireno, un plástico que se utiliza a menudo en los envases de alimentos.

Para jugar a Doom, las ratas se colocaron encima de la esfera, donde podían utilizar la presión de sus patas para moverse por el mapa del juego, a la vez que se les colocaba un arnés para que no se cayeran. Por último, las ratas también tenían un pequeño tubo delante que les dispensaba golosinas cuando hacían algo bien.

Tóth dice que eligió específicamente el primer nivel de Doom II para entrenar a las ratas porque era sencillo, y un área lo suficientemente grande para que las ratas pudieran caminar y explorar. «Pude desechar el primer pasillo del mapa y hacer que las puertas se abrieran al tacto cuando una rata se acercara a ellas», dijo, «no hay ningún botón que deban pulsar ni ningún comportamiento que deban mostrar para abrir realmente las puertas». Incluso con estas modificaciones, una de las ratas, llamada Romero, acabó confundiéndose cuando se encontró con su primer enemigo.

Tóth continúa explicando que, aunque se imponga un plazo para entrenar a las ratas a tiempo, éstas tienen que aprender a su propio ritmo.

Cuando se le preguntó por sus planes de crear un canal de Twitch para las ratas, Tóth dio un sí vacilante. «Es una forma muy válida de monetizar un proyecto como éste. El único problema es cuánto tiempo puede durar la rata», dijo.

Bueno, no sé ustedes, pero yo me quedaría sintonizado para ver esto. Estas ratas son tan geniales, y es increíble que Tóth esté difundiendo el amor por el juego a otra especie. Si también te interesa saber más sobre el proceso, te recomiendo que leas la entrevista completa en el sitio web de Futurism.

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